martes, 22 de abril de 2014

Deporte y obesidad

EL DEPORTE Y LA OBESIDAD



Los índices de obesidad y sobrepeso crecen de manera alarmante en nuestra sociedad y uno de los principales culpables es el incremento del sedentarismo. Por eso, y aunque sea algo más que evidente, conviene recordar que el deporte se convierte en nuestro mejor aliado para prevenir estos problemas. Y es que no sólo una alimentación sana nos ayuda frente al sobrepeso. Así se recomienda, que incide que la práctica deportiva regular y constante es uno de los principales factores para evitar la obesidad y el sobrepeso, permitiendo al mismo tiempo mantener un óptimo nivel en lo que a calidad de vida se refiere.

No en vano, el último informe sobre Riesgos de Salud a nivel Global, publicado en el año 2009, sitúa la falta de actividad física como el cuarto factor entre los causantes de muertes en nuestro planeta, sólo superado por el tabaquismo, la hipertensión arterial y el exceso de peso.


Este mismo estudio registra la inactividad física en sexto lugar al enumerar los factores causantes de pérdida de años de salud. En este caso, en primer lugar se encuentra, también, el tabaquismo, seguido del abuso de alcohol, del sobrepeso/obesidad y, después, de la hipertensión arterial y de la glucosa elevada. Tras la falta de actividad física, completan la lista otros agentes como el colesterol elevado, el consumo de drogas, riesgos ocupacionales y el escaso consumo de frutas y vegetales. Asimismo, y si se considera de modo conjunto la obesidad y la falta de actividad física dada su enorme relación, se puede establecer que entre ambas suman el 16,1% de las muertes anuales en todo el mundo; el 9,6% de pérdida de años de vida con salud y el 14% del gasto sanitario.

Jóvenes sedentarios
 

La cosa se complica si tenemos en cuenta que ese cóctel sedentarismo-obesidad se da en edades cada vez más tempranas, y la aparición de ambos factores de riesgo se está adelantando en el tiempo, de modo que se instauran en personas cada vez más jóvenes, incluso desde la infancia.

Aun así, y pese a las frecuentes recomendaciones, los hábitos deportivos de la población no son buenos. Según la última Encuestas  de Salud, el 60% de la población adulta  es sedentaria, mientras que el 60% de los menores de 15 años no realizaron actividad física ningún día en la semana previa a ser preguntados.

Sobre esta base, el Instituto de Obesidad quiere alertar de las numerosas evidencias científicas que demuestran lo dañino que es para los seres humanos llevar una vida sedentaria. No realizar suficiente actividad física es perjudicial porque el organismo humano está diseñado para moverse, y cuando no se utilizan los diferentes sistemas corporales nuestro cuerpo se atrofia y enferma.

Todo son ventajas

Así, entre los beneficios demostrables científicamente que reporta la práctica de actividad se pueden destacar, entre otros, la reducción de la mortalidad; la prevención de enfermedades cardiovasculares y coronarias; la disminución de la presión arterial y la prevención de la hipertensión; la mejora de los lípidos sanguíneos y las lipoproteínas; la prevención del sobrepeso y la obesidad y la mejora de la distribución de la grasa corporal; la prevención y mejora de la diabetes mellitus tipo 2; la reducción de la incidencia de cáncer de colon; la mejora en el dolor lumbar, la artrosis y la osteoporosis; la mejora la calidad de vida y autonomía en las personas mayores; y la prevención y mejora de la depresión y la ansiedad.